MONASTERIOS CARTUJOS EN EL MUNDO (III) DESCRIPCIÓN DE UNA CELDA.

La celda de un cartujo tenía como mobiliario un camastro de madera con un saco de paja y dos mantas, mas una almohada, un banco, una mesa y una estantería con dos únicos libros de que podía disponer. En la pared, podían tener colgado un crucifijo o un cuadro de devoción. La celda tenía un pequeño añadido que servía como cuarto de estar.

Desde ella se accedía al huerto. Por uno de sus lados había un corredor que la aislaba de la panda del claustro para evitar posible turbaciones. Este corredor tenía a su vez un pequeño pórtico por el que podía entrar el prior al huerto para inspeccionarlo y dar el visto bueno. Todos los huertos estaban protegidos por un muro que rodeaba el conjunto monástico. Por el otro lado, había otro corredor que conducía hasta la letrina que se encontraba al fondo.

En el lado opuesto había una estrecha abertura que daba a la panda del claustro. por esta abertura un hermano o converso depositaba la comida que solía consistir en pan, jarra de vino y alguna otra cosa que no produjese el huerto.

Las celdas de los cartujos se mantuvieron siempre sobrias y pobres sin que la suntuosidad de la iglesia o del resto del monasterio (cuando la hubiera) las contaminase en ningún sentido.

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