A raíz de la petición remitida al Papa Benedicto XVI, por parte de la Junta Islámica de España, solicitando que los musulmanes puedan compartir con los cristianos el rezo en la Catedral de Córdoba, el colectivo musulmán de Jerez de la Frontera planteó el pasado mes de diciembre, la posibilidad de llevar a cabo, eventualmente, las oraciones islámicas de los viernes en las instalaciones del conjunto monumental del Alcázar jerezano, concretamente en la antigua mezquita, recinto que es, desde hace siglos, Real Capilla de Santa María del Alcázar.

La antigua mezquita almohade fue convertida al culto cristiano, por el rey Alfonso X el Sabio, tras la primera conquista de 1255. Según el historiador Hipólito Sancho, después de la organización parroquial de Jerez y de los dos monasterios mendicantes, Alfonso X cuidó de organizar y enaltecer este pequeño santuario mariano, fundación suya, la también llamada, capilla de Santa María la Real.

Su historia, en buena parte, nos la ha dejado el Rey fundador al contar poetizándolo ciertos episodios bélicos que dio ocasión a manifestarse el poder intercesor de la imagen de la virgen allí venerada, y recordar entre otras de sus famosas cantigas, milagros sonados de la misma y que mantenían en torno a ella el fervor popular. Por lo que Santa María del Alcázar constituye el alfa de toda la serie de advocaciones marianas, veneradas a partir de entonces por el pueblo jerezano. Esto sería bastante para merecer este santuario mariano, un lugar destacado en el culto católico de la ciudad. Pero fue el propio rey el que instituyó numerosas prebendas para este lugar sagrado, establece solemne misa de Santa María del Alcázar todos los primeros sábados de mes, con asistencia de los canónigos de San Salvador y los beneficiados de todas las parroquias, funciones y aniversarios de la familia real e incluso Enrique IV nombro un capellán real, por ser la primera gran devoción mariana de los jerezanos. Mucho antes del patronazgo de las imágenes de Nuestra Señora de Consolación y de la Merced.

Hay motivos para dudar que la actual capilla de Alcázar, sea la primitiva mezquita afectada al culto católico al tiempo de la primera ocupación de Jerez. Aunque es posible sea aquella profundamente alterada, de lo que no cabe duda, es de la desaparición de la primitiva imagen de talla, que fue reemplazada en los albores del seiscientos por un lienzo alusivo a la protección de la virgen a los jerezanos en su lucha por la cristianización, lienzo que también desapareció, como la pequeña imagen que hasta hace poco presidia su retablo central.
El recinto monumental del Alcázar jerezano ha pasado por numerosas vicisitudes, desde legendarias e histórica gestas hasta aposentos de los Reyes Católicos, ha sufrido abandono y ha tenido distintos propietarios hasta finalmente fue adquirido por el Ayuntamiento, restaurándolo para convertirlo en un reclamo turístico de la ciudad, por cuanto interés histórico artístico contiene. La Real Capilla de Santa María del Alcázar, hace mucho tiempo que perdió su intensa actividad cultural, últimamente se ha celebrado alguna Eucaristía por el rito mozárabe y su recinto ha servido como sala de exposiciones, como marco para el Belén municipal, como salón de actos para conferencias, pregones, etc. alejándose por completo de su antiguo esplendor como primer santuario mariano de Jerez.

Ahora que se vienen fundando nuevas hermandades y asociaciones religiosas, sería justo históricamente que alguna de ellas, tomase como titular la advocación de Santa María del Alcázar, o Santa María del Real, por cuanto significa este título para la devoción mariana de la ciudad y dejar la Capilla del Alcázar como lo que es, testigo mudo de otros tiempos y muestra palpable de nuestra rica historia.