Es de obligado cumplimiento recordar un hecho filatélico : la exposición mundial de filatelia 1984, que se celebró en el Palacio de Cristal, Casa de Campo. Sobre la misma he podido leer lo siguiente:
“Fue también una gran exposición en la que 800 colecciones ocuparon 5.000 vitrinas».
A esta hay que añadir las cubiertas por las participaciones de Literatura y colecciones y conjuntos fuera de competición como los de las Corte de Honor, las Administraciones Postales, museos postales, imprentas, invitados especiales, colecciones de miembros del jurado.
Fue el Comisario General, Angel S. Quesada Lycas. El Gran Premio de Honor fue para Antonio Perpiñá Sebriá con España , 1873 -75. El Gran Premio Nacional para Juan Manuel Alfaro Caballero con Filipinas.
Sería prolijo hacer un buen repaso de lo sucedido en un año; por ello nos limitaremos a escoger aquellos hechos que resulten de interés para mis seguidores, procurando que tenga un soporte filatélico.
Uno de los acontecimientos de más relieve en el año que nos ocupa, tuvo que ser los Juegos Olímpicos; de ellos cuento con la siguiente crónica:
“Gabriela Anderson, la mujer que hizo historia en los Olímpicos de 1984”.Esta mujer cambió la historia del atletismo. En la pista dejó un sobresaliente esfuerzo que no se desvaneció hasta haber cruzado la meta. ¿Quién es esta mujer y qué fue lo que hizo?: en la ciudad de los Ángeles, la humedad era muy alta y la temperatura rondaba los 30ºC. miles de personas estaban atentas en el estadio para presenciar la primera maratón femenina de la historia de los 42’195 metros. En esta ocasión tan especial para 50 mujeres y una de ellas levantaría la ovación más grande de la historia de los Juegos Olímpicos. No esperaba recibir el oro, pero su objetivo era llegar a la meta, iba en la posición 37, y tan pronto como entró al estadio levantó la ovación más grande. Aparecía la suiza Gabriela Andersen, cansada y acalambrada, además de que apenas podía mantenerse de pie, el público se puso de pie al borde de las lágrimas, la atleta tenía paralizado la mitad de su cuerpo.
Inmediatamemente los organizadores quisieron brindarle atención médica, pero ella lo rechazó, sabiendo que si aceptaba sería descalificada. Fueron los minutos más conmovedores de la competencia, mientras los paramédicos la seguían por la orilla, ella tenía clara su meta, ni los dolores, ni el cansancio la harían desistir.
Cruzar la meta era su sueño, y se hizo realidad. Una vez cruzó la meta colapsó; los jueces estaban esperándola para cargarla. La imagen y los sentimientos que despierta son indescriptibles. Era como si todo el mundo le gritaran: “ánimo, tu puedes”pues sacó fuerzas de su agotado cuerpo.
Tras su recuperación admitió que no estaba en la mejor edad para competir en otra olimpiada, ya que esa sería su última oportunidad. Así el nombre de Gabriela Andersen se convirtió en en sinónimo de determinación y perseverancia.
Finalizado el tema deportivo pasamos al obituario, que afectó bastante a la literatura:
Falleció Julio Cortázar autor de RAYUELA, víctima de leucemia, muriendo en París, donde residía desde 1951,poco después de la muerte de su esposa Carol Dunlop (1982).
España hubo de lamentar la pérdida de Jorge Guillén, poeta, galardonado con el premio Cervantes y académico de la RAE
Y también nos dijo adiós su compañero de la generación del 27, Vicente Aleixandre, Premio Nobel, nacido en 1898.
Como las muertes no son siempre naturales, quiero decir que la siguiente fue consecuencia de un asesinato, el de la primera ministra de la India, Indira Gandhi, efectuado por un miembro de su escolta.
Solo nos quedan ya dos defunciones: la de Paquirri, gran figura de la tauromaquia y Claudio Sánchez de Albornoz,miembro de la Real Academia de la Historia, rector de la Universidad Central, ministro de Estado, vicepresidente de las Cortes y embajador en Portugal