Uno de los más perceptibles impactos del calentamiento global es la pérdida de masa de hielo en Groenlandia.El mundo entero observa ese retroceso de la criosfera como una catástrofe, pero el gobierno de Groenlandia hace de la necesidad virtud y abre un nicho de negocio. A fin y al cabo, el calentamiento también tiene como consecuencia la carencia de agua en otros puntos del planeta, así que Groenlandia se propone exportar el agua de la fusión y convertirla en beneficios económicos para el país.
Por el momento han sido concedidas licencias estatales a nuevos proyectos para exportar agua y hay otras siete disponibles. Depende de las empresas decidir a qué mercados exportar el agua de Groenlandia. El gobierno aporta la denominación de origen y una campaña publicitaria. “Ahora le decimos al mundo tenemos grandes cantidades del agua más pura y ofrecemos este recurso”.
Hay que advertir que no se trata de agua barata, precisamente. Una de las primeras en exportar se vende a 50 euros la botella. Los consumidores la aprecian por tratarse de agua exclusiva de iceberg, que se obtiene de un glaciar ubicado en la costa este de Groenlandia un lugar que fue nombrado Patrimonio de la Unesco en 2004.
Hasta ahora, la economía de Groenlandia depende en un 90% de la pesca pero el agua es un producto que se puede comercializar como otro cualquiera y al disponer de él en gran cantidad y de una excelente cantidad, se trata de un aprovechamiento de recursos y aprender a mirar diferente, para ver el vaso del deshielo medio lleno.