El más antiguo de los hospitales españoles con connotaciones filatélicas es el Hospital del Rey de Burgos, creado a principios del siglo XII, una época en la que la asistencia sanitaria estaba más relacionada con la caridad, que como derecho a la salud, tal como actualmente la entendemos.
Historia.
Fundado por Alfonso VIII, rey de Castilla y su esposa Leonor de Aquitania, hija del rey Enrique II de Inglaterra, aunque nacida en Normandía, en Dunfront. Sus tumbas, que se hallan en el Monasterio de Huelgas, aparecen en un sello de 1969. No se sabe exactamente de su creación, pero las primeras noticias que se tienen son los privilegios otorgados por el Rey en 1209, fecha en la que también se encuentran registradas operaciones de cambio de bienes relacionados con el hospital.
Se ha dicho que el hospital surgió como consecuencia de la derrota sufrida por Alfonso en Alarcos (1195) que con el fin de “desagraviar a Dios por haber acometido una empresa tan temeraria y desoír los consejos de la prudencia”. También se ha señalado la coincidencia en el tiempo como la fundación del hospital de Fez por el califa almohade, lo que supondría por parte de Alfonso VIII el deseo de emular a su contrincante , algo que parece desmentir el hecho de que ya existieran hospitales anteriores en todo el territorio cristiano de la Península incluso en el mismo Burgos.
Antes que el hospital, fue fundado el Monasterio de Huelgas en Burgos, perteneciente a la Orden del Cister, con el deseo de que fuera uno de los más importantes de la época y que figurara en un sello emitido en 1969 de la serie Monasterios.
Esta institución que tuvo gran influencia social y política tenía entre sus misiones fundamentales el ejercicio de la caridad y como ésta se manifestaba sobre todo en la labor asistencial, no es de extrañar que surgiera la idea anejo al Monasterio un hospital, que los reyes quisieron que fuera el más importante de la ciudad y seguramente de toda Castilla, denominándosele Hospital General, porque acogería todo tipo de enfermo s, aunque su función principal era la atención a los peregrinos de Camino de Santiago .
Esta tendencia a colocar los hospitales junto a los centros religiosos, seguramente como expresión del espíritu caritativo, no es exclusiva del ideario cristiano, sino que tenía su paralelismo en el mundo musulmán. Así, Harúnul al-Rashid decretó ya en el año 786, junto a toda nueva mezquita tenía que haber un centro hospitalario.
Como por diversos nombres , entre ellos Hospital de la Reina y Hospital de Santa María la Real, definitivamente aceptó el de Hospital del Rey,que ya aparece en 1225 y con el que se le nombra en la Primera Crónica General, “el hospital que dicen del Rey …E hízole grande y maravilloso, hermoso de hechuras y de obras, y muy noble de casas y palacios.
El hospital dependía de la abadesa de las Huelgas, aunque existía una comunidad de frailes con número variable a lo largo de los tiempos, que eran los encargados de la organización, administración y mantenimiento del centro .
Para ello contaba con una importante dotación real (tierras que proporcionaban rentas, derecho al cobro de tributos y exención de muchos impuestos). Este patrimonio, se incrementó notablemente durante todo el siglo XIII, no solo con donaciones de los reyes, sino también de sus sucesores Fernando III y Alfonso X, gracias a una inteligente administración
A lo largo de los siglos el hospital sufrió numerosas vicisitudes motivadas algunas veces por la ambición y codicia de los nobles, otras por la ineptitud o la inmadurez de los soberanos o por el deseo de independencia de los frailes. Así, durante el reinado de Sancho IV el hospital fue cedido a la Orden de Calatrava, hecho que el mismo rey rectificaría al final de su reinado, a instancia de la abadesa de las Huelgas, no sin sufrir la pérdida de algunos de sus bienes. Incluso este mismo monarca dispuso de parte de la dote del hospital para recompensar a algunos súbditos a los que debía favorecer.
Todo ello obligaba a que al comienzo de cada reinado se hubieran de ratificar los privilegios y dependencia del hospital por los sucesivos reyes, lo que se logró en muchos casos, gracias a la influencia de la abadesa o de las “señoras de las Huelgas, que pertenecían a la casa real o estaban muy relacionadas con ella. De la importancia del monasterio da idea el que fueron varios los soberanos coronados allí (Enrique II, Juan I) y los matrimonios reales en el mismo.
El reinado de los Reyes Católicos supuso un cambio notable en todas las instituciones, que señala el cambio de la Edad Media a la Moderna y también tuvo su repercusión en el Hospital
Con el deseo de corregir los fallos en el funcionamiento del centro, los reyes envían en visita de inspección al obispo de Aquitania, quien promulga unas ordenanzas para el funcionamiento del hospital, en la que se detalla el personal (12 frailes, y 7 capellanes) sus retribuciones y condiciones de vida y sus funciones. Así mismo se exige la presencia de un boticario, un cirujano y un médico asalariados, y un enfermero permanentemente.
Durante el reinado de Carlos III el hospital fue ampliado, terminando en 1771 las obras de la parte del mismo para mejorar la acogida a los enfermos, entre los que se encontraban soldados del ejército, gracias a un convenio de colaboración con el Ministerio de la Guerra.
Las desavenencias entre los distintos estamentos y el afán de hacerse con el control del hospital y sobre todo de sus bienes llevaron a numeroso pleitos entre la comunidad de frailes y la del convento de las Huelgas , con el obispo, el Ayuntamiento de Burgos, el abad del Cister, el Nuncio de Su Santidad y hasta con el Rey.
FUENTE: ENRIQUE GIRELA RIAZZO, HOSPITALES ESPAÑOLES EN LA FILATELIA