Las estampillas postales han determinado guerras, han sido vehículos de propagandapara viciosas ideologías políticas, han dado fama a industrias, a lugares de turismo, han idealizado a tiranos e inmortalizado a personas desconocidas para el gran público. en realidad de verdad, el coleccionar estampillas es el «hobby» más popular en todo el mundo, y gracias a él hasta los niños han tenido la oportunidad de hablar con Reyes.
Las estampillas son ahora una cosa tan común, tan utilizada hasta por los seres más humildes, que es difícil reconocer que fueron «inventadas» hace apenas un centenar de años. Hasta el 6 de mayo de 1840 los sellos postales fueron tan desconocidos como los aeroplanos B-29, y aun entonces los escépticos ciudadanos británicos dudaban de su utilidad práctica tanto como los periodistas contemporáneos cuando oyeron mencionar los primeros vuelos reales de los hermanos Wright en Kitty Hawk.
Desde que el hombre aprendió a transmitir sus pensamientos a sus semejantes, la búsqueda de métodos más convenientes para comunicarse ha sido una de las cosas que más hayan incitado a la inventiva. La Biblia menciona «postas» en los libros de Job, en Las Crónicas, en Jeremías y Esther. Da a entender que esos servicios brindaban seguridad y celeridad; así pues podemos suponer razonablemente que hace 2.500 años ha existido un servicio postal o cual especie. Se alude a esos servicios que transportaban cartas del Rey, exequias, y sus príncipes a través de Israel y Judea que pasaban de ciudad en ciudad por el por el país de Erain.
Fuente: «El apasionante mundo de la filatelia». Ernest A. Kehr